En los últimos años, América Latina y el Caribe han vivido una intensa efervescencia en materia de investigación, formación académica y producción científica. Sin embargo, construir un verdadero ecosistema de ciencia y educación en nuestra región sigue siendo un reto estructural: implica articular actores, consolidar capacidades, compartir saberes y, sobre todo, crear espacios que permitan que la ciencia se piense desde y para nuestros territorios.
En ese contexto, el Segundo Congreso Latinoamericano y Caribeño de Investigación y Encuentro Internacional de Semilleros de Investigación e Investigación Formativa – COLACI 2025 emerge como una plataforma única que conecta personas, ideas, territorios y generaciones en torno a una ciencia plural, crítica y comprometida con la transformación social.
Un ecosistema necesita más que investigadores
Cuando hablamos de un “ecosistema científico y educativo”, nos referimos a algo más que universidades o artículos publicados. Hablamos de un entramado donde convergen instituciones educativas, redes de investigación, docentes, estudiantes, comunidades, gestores de conocimiento, plataformas editoriales, políticas públicas y agencias de financiamiento. Es un sistema que requiere circulación, diálogo, reconocimiento mutuo, diversidad epistémica y continuidad.
COLACI 2025 aporta a este ecosistema de forma activa, no solo como evento académico, sino como dispositivo articulador de redes y voluntades científicas. Su énfasis en la investigación formativa y el rol protagónico de los semilleros de investigación convierte al congreso en un punto de inflexión: aquí no solo se presentan resultados, también se siembra el futuro de la ciencia latinoamericana.
Un congreso con identidad latinoamericana y caribeña
A diferencia de otros eventos marcadamente técnicos o elitistas, COLACI 2025 nace desde el sur, con los pies en el territorio. Promueve el reconocimiento de los saberes situados, la visibilización de experiencias investigativas que nacen en escuelas, barrios, comunidades, laboratorios sociales y universidades comprometidas con su entorno.
Esto significa que la ciencia no se ve como una torre de marfil, sino como un ejercicio colectivo que dialoga con la realidad. En COLACI, un semillero indígena que investiga revitalización lingüística, un grupo de jóvenes que analiza el impacto de la inteligencia artificial en la educación, y un docente que reflexiona sobre la formación ciudadana en tiempos de polarización, comparten un mismo escenario, con igual legitimidad epistémica.
Lo que COLACI construye (y no se ve a simple vista)
Más allá de las ponencias, los pósters y las memorias académicas, COLACI 2025 construye tejido científico regional. Entre sus aportes más significativos al ecosistema latinoamericano de ciencia y educación destacan:
- El fortalecimiento de redes colaborativas entre universidades, colectivos y centros de investigación.
- La formación de nuevas generaciones investigadoras a través de la mentoría, el acompañamiento y la visibilidad de semilleros.
- La estimulación de publicaciones científicas mediante espacios de formación editorial, buenas prácticas y acceso a revistas asociadas.
- La conexión intergeneracional entre investigadores jóvenes y consolidados, que comparten experiencias y co-construyen rutas de investigación
- La promoción de una cultura académica ética, inclusiva y transdisciplinar, que valora tanto la innovación como la justicia cognitiva
Ciencia con comunidad, no con jerarquía
Uno de los grandes aportes de COLACI al ecosistema científico de nuestra región es su enfoque horizontal y dialógico. Aquí, todos aprenden. Aquí, todas las voces cuentan. No se trata de competir por prestigio, sino de crear comunidad científica con base en la colaboración, el reconocimiento y el respeto por la diversidad epistémica y metodológica.
En tiempos donde la ciencia muchas veces se ve presionada por métricas, rankings o lógicas mercantilizadas, COLACI recuerda que la investigación también puede (y debe) ser un acto de comunidad, de escucha y de construcción colectiva de futuro.
COLACI 2025: un espacio para sembrar futuro
El Congreso no es un fin en sí mismo. Es una excusa para encontrarnos, una oportunidad para compartir lo que sabemos y lo que estamos aprendiendo, y una plataforma para proyectarnos juntos hacia los desafíos comunes que enfrentan nuestros países.
En un contexto global que exige nuevas formas de educar, investigar y actuar, COLACI 2025 representa una apuesta firme por una ciencia con rostro latinoamericano y corazón colectivo. Una ciencia que no solo mide, sino que transforma. Que no solo explica, sino que acompaña. Que no solo se publica, sino que se vive y se comparte
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